Comienzo la semana un poco triste, después de enterarme que una de las casas que me cobijo a mi y a los mejores años de mi infancia, fue ultrajada sin ningún asco…se llevaron todo, todo, desde las cañerías hasta el alma de los miembros de mi familia, lo que no les perdono es ver a mi abuela haciendo pucheros cuando me describía lo poco que había quedado.
Que rabia, que pena, por lo menos espero que los ladrones sean padres de familias, con hijos que gracias al televisor puedan comer mejor, y no sean un puño de pendejos drogadictos y alcohólicos aprovechadores con esas mentalidades que creen que todo debe ser regalado en la vida.
En fin… es una casa de 40 mt2, pequeña, sin lujos, con comodidades básicas, que no ha sido terminada en su construcción aun, que no es linda….pero su belleza radica en que contiene millones de recuerdos de todos nosotros.
La construyo mi abuelo a pulso, cuando mi madre y mis tíos eran pequeños, en ese tiempo Cartagena era top…llena de casas de aristócratas…pues bien, mi abuelo con esfuerzo de la vida…logro construirla con sus 2 manos, y con 14 manos pequeñas de sus 7 hijos, mi abuela entre comidas y martillos logro ser su puntal.
La casa se emplaza frente a la “tumba del poeta”….en donde veranos enteros cruzábamos el cerro con mis primos “los rancagüinos” para ir a visitar…todas las tardes con una bolsa de duraznos y bastones improvisados, un chaleco a la cintura nos lanzábamos a la aventura….después, grande ya, supe que nuestro vecino era, nada mas ni nada menos, que Vicente Huidobro.
Anoche dormí el casa de mis viejitas… baje a lavarme los dientes, y de los 5 cepillos no supe de inmediato cual era el mío, me fui a costar y la que era mi cama olía a cama de visitas, mi ropero solo tenia esa ropa desplazada que no te gusta mucho….y caí que ya esa linda casa, lamentable o afortunadamente, hace que me sienta como si estuviera en el interior de la casa de Cartagena…muy querida…pero también un poquitín ajena.
Que rabia, que pena, por lo menos espero que los ladrones sean padres de familias, con hijos que gracias al televisor puedan comer mejor, y no sean un puño de pendejos drogadictos y alcohólicos aprovechadores con esas mentalidades que creen que todo debe ser regalado en la vida.
En fin… es una casa de 40 mt2, pequeña, sin lujos, con comodidades básicas, que no ha sido terminada en su construcción aun, que no es linda….pero su belleza radica en que contiene millones de recuerdos de todos nosotros.
La construyo mi abuelo a pulso, cuando mi madre y mis tíos eran pequeños, en ese tiempo Cartagena era top…llena de casas de aristócratas…pues bien, mi abuelo con esfuerzo de la vida…logro construirla con sus 2 manos, y con 14 manos pequeñas de sus 7 hijos, mi abuela entre comidas y martillos logro ser su puntal.
La casa se emplaza frente a la “tumba del poeta”….en donde veranos enteros cruzábamos el cerro con mis primos “los rancagüinos” para ir a visitar…todas las tardes con una bolsa de duraznos y bastones improvisados, un chaleco a la cintura nos lanzábamos a la aventura….después, grande ya, supe que nuestro vecino era, nada mas ni nada menos, que Vicente Huidobro.
Anoche dormí el casa de mis viejitas… baje a lavarme los dientes, y de los 5 cepillos no supe de inmediato cual era el mío, me fui a costar y la que era mi cama olía a cama de visitas, mi ropero solo tenia esa ropa desplazada que no te gusta mucho….y caí que ya esa linda casa, lamentable o afortunadamente, hace que me sienta como si estuviera en el interior de la casa de Cartagena…muy querida…pero también un poquitín ajena.